Había una vez un demonio poderoso que podía controlar los pensamientos y acciones de los demás y usarlos como quisiera. Durante miles de años, el demonio vagó por la tierra, sembrando miedo y terror dondequiera que iba. Su magia era tan sutil y efectiva que una vez atrapado en su red, era casi imposible escapar. Finalmente, la gente se unió y lo selló, poniendo fin a su reinado de terror de una vez por todas.